sábado, 27 de febrero de 2010

GioGió

GioGió nació hace 98 años en Estambul. Allí conoció a un griego con el que se casó aún jovencísima y hermosa. En Sicilia nacieron sus tres hijos varones. El matrimonio y los niños se trasladaron a Roma pocos años después, a un enorme apartamento cerca de Piazza Bologna. Cuando el segundo de sus hijos rozaba los 25 años un fatídico accidente de coche se lo llevó para siempre. Poco después murió su marido, aquel griego de origen italiano por el que había dejado su país y su familia. Fue entonces, hará unos 20 años,  que Giogió vino a vivir a la casa que está frente a la mía, junto a su hijo Roberto (el vecino al cual no quiero abrir la puerta) y la esposa de èste, Adriana. La última tragedia tuvo lugar no hace muchos años, cuando un anestesista equivocó la cantidad de sedante y mató al hijo mayor de GioGió en una sala de quirófano. Roberto y Adriana no han tenido hijos pero sí la suerte de poder vivir con esta viejita. Voy a verla todos los días porque Roberto sí quiere abrirme la puerta. Ella merienda un tè, una manzana cocida y un bombón. Aún conserva manías de gran señora y, olvidándose de sus achaques, conserva la compostura y los buenos modales en todo momento. Lleva siempre un chándal azul oscuro, un poncho y un gorro de lana blanco que no se quita ni en verano. Entre ella y Adriana han tejido otro poncho para mi. Pero lo que la hace queridísima entre el vecindario es su gran sentido del humor y sus famosos "golpes" que hacen que nos muramos de risa.
Hace unos días la ví con la mirada perdida, y me preguntó por su madre... Creo que le debía  al menos el escribir su nombre en este blog ahora que está viva y nos alegra a todos. Un siglo casi de vida llena de aventuras y desgracias que no le han hecho perder la sonrisa y las ganas por seguir estando aqui. A su nuera, Adriana, la define como el "gran amor de su vida", son amigas y compañeras inseparables. La familia que componen madre, hijo y nuera  desprende un amor y una camaradería dificilmente de encontrar hoy en día. Mañana me espera otra vez para tomar el té.

2 comentarios:

Macedonia cansada dijo...

Qué historia tan terrible y qué personaje tan interesante. Me encantaría conocerla. Háblale de mí y dale besos y abrazos de mi parte.

Unknown dijo...

Homenaje en vida amiga! brava!