martes, 11 de marzo de 2008

Un día como otro cualquiera

Hoy he vuelto al Parlamento. Dos días después de las elecciones. Con las ganas que he tenido siempre de irme, hoy que vengo a recoger algunas de mis cosas siento pena. Hoy es el fin verdadero de un ciclo en el que he aprendido tantísimo. Pero bueno, miremos hacia adelante.
Hace tanto que no escribo... No sé por dónde empezar. Escucho una canción de Tiziano Ferro que se titula "E fuori è buio" (fuera hay oscuridad). Me recuerda tanto a mi querida Roma, sus viejas calles y casas destartaladas del centro. Mi mérito es que lo hago todo andando, puedo recorrerme la ciudad paseando y mire donde mire todo es belleza. Siempre me bajo en la estación de San Pietro, atravieso la Piazza del Vaticano, continúo por la Vía della Conciliazione y atravieso el lungotevere hasta la Vía Vittorio Emmanuele II. A partir de aquí me adentro en fascinantes recovecos que circundan la Piazza Campo dè Fiori, donde quemaron a Giordano Bruno, la Piazza Navona, el entorno del Parlamento, la Plaza Venecia, el Foro Romano... Y el Trastevere. Aunque el encanto de este barrio romano es mayor aún por la noche. Todo esto lo echo de menos con verdadera ansia. Siento su falta. Y me gustaría volver hoy mismo.

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