Una "colosal" e "omnicomprensiva" máquina dirige el sistema desde muy lejos. Muy a menudo, borra decisiones democráticas, vacía la soberanía de los estados y se sobrepone a los gobiernos elegidos.
Hemos abandonado al niño y a la madre, al árbol y a la flor, al pez y al río. Nos hemos cargado gran parte de nuestros recursos y de los recursos de nuestros hijos, hemos enriquecido nuestro vocabulario diario con palabras como violencia, guerrila, dictadura, terrorismo, hambre y pobreza. Nos sobran los motivos para iniciar una nueva era de pensamiento y actuaciones, para cambiar gobiernos y reescribir historias: creo en la bondad natural del ser humano, pero definitivamente y desde hace tiempo nos hemos convertido en máquinas. Lejos de la ciencia ficción, el hombre hoy en día es una máquina que piensa en sí mismo, que genera voluntad de posesión y propiedad, que malcría a sus descendientes con materiales de usar y tirar y dejando la educación (que no la instrucción) en un quinto plano, hemos perdido las formas y los modales, no sabemos dar las gracias ni pedir por favor. La desconfianza en el prójimo reina en un mundo en el que la solidaridad se ha convertido en una cadena de favores y cuando todo va mal siempre hay un Dios al que echarle la culpa.
Lula Da Silva en la Cumbre Mundial sobre el Hambre, 2004
Hemos abandonado al niño y a la madre, al árbol y a la flor, al pez y al río. Nos hemos cargado gran parte de nuestros recursos y de los recursos de nuestros hijos, hemos enriquecido nuestro vocabulario diario con palabras como violencia, guerrila, dictadura, terrorismo, hambre y pobreza. Nos sobran los motivos para iniciar una nueva era de pensamiento y actuaciones, para cambiar gobiernos y reescribir historias: creo en la bondad natural del ser humano, pero definitivamente y desde hace tiempo nos hemos convertido en máquinas. Lejos de la ciencia ficción, el hombre hoy en día es una máquina que piensa en sí mismo, que genera voluntad de posesión y propiedad, que malcría a sus descendientes con materiales de usar y tirar y dejando la educación (que no la instrucción) en un quinto plano, hemos perdido las formas y los modales, no sabemos dar las gracias ni pedir por favor. La desconfianza en el prójimo reina en un mundo en el que la solidaridad se ha convertido en una cadena de favores y cuando todo va mal siempre hay un Dios al que echarle la culpa.
Está claro que en esta sociedad el miedo es un factor dominante, capaz de hacernos mentirosos cuando nos consideramos honestos, de hacernos recular cuando pensamos de hacer frente a todo o de traicionar la confianza de alguien si en ello nos va la ganancia... Pensándolo friamente todos nos hemos visto alguna vez en alguna situación similar en mayor o menor intensidad.
Acordarnos de Santa Bárbara cuando truena es una frase que comporta más gravedad de la que parece.
Haiti es el fruto de decenios de abandono y del mirar para otro lado de los gobiernos civilizados. Ahora es, objetivamente, la tercera parte de una isla (La Española) destrozada porque sus dèbiles infrestructuras no han podido soportar el peso de 7 grados Richter, dentro de un mes nos acordaremos de ella y de sus miles de muertos?? Ese gran estado unido que ahora trata de monopolizar el control de la isla y de las ayudas que llegan a la misma será capaz de ejecutar una política de ayuda no invasiva??
Hagamos un esfuerzo e intentemos recordar a los diez mil muertos del terremoto de China que tuvo lugar relativamente poco antes de sus J.J.O.O. .... De verdad nos acordamos??
No hay comentarios:
Publicar un comentario