miércoles, 17 de marzo de 2010

Una huella del crimen italiano - El delito de Cogne

30 de enero de 2002. 8 de la mañana. El servicio de emergencias de Cogne -norte de Italia- recibe la llamada desesperada de una madre diciendo que su niño de 3 años está vomitando sangre. La primera en llegar es la doctora de la familia, es ella quien encuentra al pequeño Samuele cubierto de sangre sobre la cama de sus padres. Le lava la cabeza y la cara y lo pone en una improvisada camilla fuera de la casa. Diagnostica un "más que improbable" aneurisma cerebral. No lo piensan así los servicios de urgencias que llegan en helicóptero. Las impactantes heridas en la cabeza del niño demuestran una un acto de violencia devastante. Samuel muere mientras el helicótero lo trasporta al hospital. Al mismo tiempo su madre declaraba a los carabinieri frases como esta: "hasta las madres matan..." , "tendré otro hijo".  Los forenses detectan hasta diecisiete golpes en la cabeza realizados por un objeto contundente, los exámenes en profundidad rebelan que el material era el cobre. 
El arma del delito nunca fue encontrada en la casa de Samuel. El pijama de su madre, Annmaria, estaba sin embargo lleno de manchas alarmantes de sangre. Las pruebas criminólogas con luminol detectarán sangre en las paredes y en el suelo. Habían sido limpiadas antes de llamar a urgencias. Los pinchazos teléfonicos a la familia graban las intenciones del abuelo de Samuel, y padre de Annamaría, de dejar caer un martillo en los terrenos de algún vecino.
No es hasta el 21 de mayo de 2008, 6 años después, cuando la madre de Samuele viene definitivamente considerada culpable de homicidio. En ese tiempo, Annamaría había tenido un tercer hijo.
Los exámenes psiquiátricos realizados a Annmaria Franzoni demuestran una persona neurótica e histérica, y con serias capacidades de repetir el mismo crimen.

Lo que más me sorpendía de este caso, que seguí fielmente, era la increible comprensión y compasión de la sociedad y los medios de comunicación italianos a una mujer que, en un acto desenfrenado de histeria y estrés, mata a su hijo de tres años que llora a gritos. "Siiii, ha sido ella, se sabe, lo sabemos, quién si no??? Pero no lo saaabe, esa es la diferencia! Un momento de locura lo tenemos todos!!! Frases así se escuchaban en las casas, en las tiendas, y en los programas de televisión.  La justicia y los criminólogos estatales tardaron tanto tiempo en concluir el proceso penal porque se afanaron de lo lindo en encontrar alguna otra prueba que no incriminase a la madre, sino a un tercero. Fue imposible. 
Annamaría Franzoni cumple una condena de 16 años en la cácel della Dozza. Tiene prohibido ver a sus hijos.


2 comentarios:

sexylú dijo...

E' la prima volta che, leggendoti, accetto di documentarmi sul delitto di Cogne. Sei in grado di calamitare anche su storie in cui in precedenza non si era trovato alcun motivo d'interesse. Tieni il sale che ti sobresale dal salero. Tieni la sagacia che sagacemente se agacha.

Domani ti quiero in forma forma!

W LEPE TORONJA!

De La Rosa dijo...

A mi este caso siempre me impactò, què puede pasar por la mente de una persona para hacer algo asi? Y lo que es màs llamativo, la comprensiòn de todos. Seguirè con otros capitulos de la La Huella del Crimen italiano, la crònica negra me interesa mucho.